Coger frío…

Resfiarse puede ser cuestión de minutos de espera, con poca ropa cerca de un lelefonillo. O cuestión de esperar a tardones y plantones. Porque aunque ponga una torera de pelito su calor me vale 5 minutos, tapa poco si mi ropa es un vestido de encaje y poco mas.

Lo que queda de esta semana me veo dando masajes en vaqueros, o con leotardos, unas mayas deportivas y hasta leggins de los que tienen pelito por dentro. Todos los días salgo a hacer alguna cosa (hoy toca manicura) y a dar un paseo a medio día a ver en qué lugar veo un restaurante, un olor o sitio de comida para llevar que me abra el apetito.

Después tiempo de sofá y manta y de escuchar música nueva. Porque los masajes a veces son más técnicos otras veces más coreográficos, es un conjunto de hacer y sentir en el que la música me ayuda recordar lo que voy aprendiendo o inspira mi lado creativo.