Unos días antes de Navidad estuve resfriada. Un resfriado normalucho, con cansancio, dolor de cabeza y moquillo. Al final ni era covid ni era gripe y si lo era, mi cuerpo lo líquido en 4 días y los test dieron negativo. Al final fui a ver a familiares, todos resfriados y me tocó hacer la cena de Navidad. (En realidad muy sencilla) . Sin embargo me resultó abrumadora la responsabilidad de ir en busca de los ansiados dulces navideños que son, en realidad lo que hace que la Navidad sea Navidad cuando no hay niños pequeños en las casas: polvorones, mantecados, frutos secos y pasas, dátiles, higos, orejas, turrones de al menos 5 tipos, barquillos, hojaldres melosos, surtido de galletas, mazapanes.
¿Y los alfajores? Y las almendras y los piñones de caramelo? Pues son cosas que no pusieron en la lista de la compra y no me llaman la atención. Quizá esque están pasadas de moda como esas » almendras» de de oblea rellenas de una masa similar al turrón blando. De todas formas estoy segura de que es imposible no olvidarse algún tipo de dulce en una familia de golosos. Especialmente si se va el día antes de nochebuena buscando ciertas marcas, pues hay estanterías medio vacías.
Mi teléfono de trabajo, desde el que escribo en este blog; permanece en modo avión o totalmente apagado, oculto en una maleta cada vez q paso unos días en familia. ( Desconectar de la doble vida que implica ser acompañante es necesario. Una no quiere mencionar que conozco algún sitio de España en el que supuestamente nunca he estado. La vida ya es complicada, mis padres ya tienen bastantes preocupaciones; y los familiares cotillas y meticones no necesitan mas material para meterse puñaladas traperas y realizar comentarios incómodos. )
He estado muy ocupada entre videollamadas, visitas y búsqueda de ideas para regalar. La falta de frío a hecho q diciembre parezca septiembre. Las fechas no encajan con el clima que estamos teniendo e incluso los más previsores nos hemos despistado esta Navidad. Aunque lo importante es juntarse con las personas queridas si el trabajo lo permite. Supongo que cuando uno deja de ser niño la Navidad se hace un poco por obligación… pero cuando te empieza a faltar gente te das cuenta de que aunque no sean unas fiestas que te entusiasman es una excusa para verse y fabricar recuerdos.
La Noche Vieja la tengo reservada desde hace días. Y luego creo que seguiré «desaparecida online» pues quiero estar con familiares hasta que acaben las vacaciones escolares. A si que ¿cuando volveré a estar disponible?
Exactamente no lo sé. De lo único que que estoy segura es de que el 15 de enero llegare a Valencia para estar 1 semana.
