Quizás, ver el vídeo de introducción que ponen al principio de la visita al Palacio de la Magdalena (Santander ) y pensar en lo fríos que eran los veranos hace 200 años, me hiciera sentirme en una especie de ensueño en el que podria ir a disfrutar los recomendables baños de ola.
Cuando aparqué, al lado de la Playa del Camello había gente jugando a las palas. Mi cabeza rebosaba de curiosidad por ver los jardines, ver los muebles, las puertas, el palacio por dentro…. Resultó que solo vimos una planta, me fastidio bastante. Cuando voy a ver edificios historicos me encanta ver las escaleras, como están conectadas las diversas plantas y subir a las torres. Me quedé un tanto decepcionada, aunque la guía nos hizo pensar en las curiosidades como la engañosa ligereza lámparas de cristales macizos y en la anécdota de un cuadro de Sorolla. Es hermosisomo, pero seguramente lo hubiera sido más como se diseñó originalmente: con la mantilla blanca. Un encaje, tela difícil de dibujar que ese pintor con su toque especial. hubiese echo resaltar con matices de luz. . Pero la reina quiso verse enmarcada por una mantilla negra.
La visita se acabó de una manera inesperadamente corta y eso que cuentan cotilleos de la época para hacer la visita mas larga. Siempre hay gente interesada en la prensa rosa.

Cuando acabó la visita había un calor absurdo e inesperado para ser noviembre. Gente paseando, los aparcamientos de las playas a tope. ¿A quién le importaba que fuera noviembre para ir a la playa? A los vergonzosos que no llevan bañador en la maleta. La costa norte está llena se calas, abundan las playas nudistas ^^
….Siempre se puede utilizar alguna prenda en lugar de bañador. Por ejemplo el body de la foto.

Sería noviembre, pero el sol me hizo olvidarlo y disfrute del último día de playa del año. Hoy parece que al fin ha llegado el otoño.